La Visitación de Maria a Isabel
La Visitación de María a Isabel «He aquí la esclava del Señor... Y mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo... y está en el sexto mes...» Prepara María el hatillo con algo de ropa y unas sandalias. Mete el velo que la protegerá del sol y del aire, pone algunas viandas y poco más. San José acompañándola porque nunca quiso dejarla sola desde que la recibió en su casa; pero eso es intuición, no dato. «También Isabel... » Tiene muchas ganas de llegar; motivos de premura no faltan: trasvasar la alegría de pariente a pariente, desbordar el propio gozo, compartir el misterio, servir. Son sólo cuatro o cinco días, qué largo se hace el camino. El relato es muy parco en noticias; no nos refiere aspectos sobre los lugares pisados, los modos de descanso. El «shalón» de saludo acostumbrado entre los hebreos hoy tiene un tono distinto. Algo excepcional por lo misterioso conocido y lo grandioso oculto está presente en las dos primas cuando s