La Renovación Carismática, don del Espíritu a la Iglesia
La Renovación Carismática, don del Espíritu a la Iglesia
Celebración a los treinta años de la implantación en Italia de la Renovación Carismática Católica
Por: S.S. Juan Pablo II | Fuente: Zenit.org
Por: S.S. Juan Pablo II | Fuente: Zenit.org
CIUDAD DEL VATICANO, 14 marzo 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II celebró este jueves los treinta años del nacimiento de la Renovación Carismática en Italia recibiendo a una delegación de miembros de este movimiento eclesial esparcido por todo el mundo.
«¡Sí! --exclamó con entusiasmo el Papa al dar la bienvenida a los «carismáticos», como comúnmente son conocidos--. La Renovación en el Espíritu puede ser considerada como un don especial del Espíritu Santo a la Iglesia en nuestro tiempo».
La Renovación en el Espíritu Santo cuenta en Italia con más de 200 mil miembros, distribuidos en 1.800 comunidades o grupos de oración. Según cálculos citados este jueves por Radio Vaticano, reagrupa en el mundo al menos a 80 millones de católicos.
El Santo Padre agradeció en particular el espíritu con el que crece la Renovación en Italia, caracterizado por «la colaboración con la Jerarquía y con los responsables de los demás movimientos, asociaciones y comunidades».
«Nacido en la Iglesia y para la Iglesia --constató--, en vuestro movimiento se experimenta a la luz del Evangelio el encuentro vivo con Jesús, la fidelidad a Dios en la oración personal y comunitaria, la escucha confiada en la Palabra, el descubrimiento vital de los Sacramentos, así como la valentía en las pruebas y la esperanza en las tribulaciones».
El obispo de Roma añadió que «el amor a la Iglesia y la adhesión a su Magisterio, en un camino de maduración eclesial apoyado por una sólida formación permanente, son signos elocuentes de vuestro compromiso por evitar el riesgo de quedarse, sin querer, en una experiencia meramente emocional de lo divino».
Este riesgo, siguió explicando, se puede apreciar «en una búsqueda exagerada de lo "extraordinario", y en un repliegue intimista que rehuye del compromiso apostólico».
Al final del encuentro, el Papa bendijo tres proyectos lanzados por la Renovación Carismática en Italia.
El primero es el apoyo a la implantación de la Iglesia en Moldavia, en colaboración con la Fundación «Regina Pacis» de la arquidiócesis italiana de Lecce. Esta institución, entre otras cosas, ha liberado de la esclavitud de la prostitución en la que habían sido confinadas cientos de jóvenes moldavas en Italia.
El segundo proyecto impulsado por el pontífice es la animación espiritual realizada por miembros de la Renovación Carismática de santuarios marianos, «lugares privilegiados del Espíritu», reconoció, «que os da la oportunidad de ofrecer a los peregrinos caminos para profundizar en la fe y en la reflexión espiritual».
Por último, alentó el proyecto de la «Zarza ardiente» (Cf. Zenit, 7 de mayo de 2001), una invitación a la adoración incesante, día y noche. La iniciativa pretende que los cristianos «regresen al Cenáculo» para alcanzar la plena unidad y la conversión de los pecadores.
«¡Sí! --exclamó con entusiasmo el Papa al dar la bienvenida a los «carismáticos», como comúnmente son conocidos--. La Renovación en el Espíritu puede ser considerada como un don especial del Espíritu Santo a la Iglesia en nuestro tiempo».
La Renovación en el Espíritu Santo cuenta en Italia con más de 200 mil miembros, distribuidos en 1.800 comunidades o grupos de oración. Según cálculos citados este jueves por Radio Vaticano, reagrupa en el mundo al menos a 80 millones de católicos.
El Santo Padre agradeció en particular el espíritu con el que crece la Renovación en Italia, caracterizado por «la colaboración con la Jerarquía y con los responsables de los demás movimientos, asociaciones y comunidades».
«Nacido en la Iglesia y para la Iglesia --constató--, en vuestro movimiento se experimenta a la luz del Evangelio el encuentro vivo con Jesús, la fidelidad a Dios en la oración personal y comunitaria, la escucha confiada en la Palabra, el descubrimiento vital de los Sacramentos, así como la valentía en las pruebas y la esperanza en las tribulaciones».
El obispo de Roma añadió que «el amor a la Iglesia y la adhesión a su Magisterio, en un camino de maduración eclesial apoyado por una sólida formación permanente, son signos elocuentes de vuestro compromiso por evitar el riesgo de quedarse, sin querer, en una experiencia meramente emocional de lo divino».
Este riesgo, siguió explicando, se puede apreciar «en una búsqueda exagerada de lo "extraordinario", y en un repliegue intimista que rehuye del compromiso apostólico».
Al final del encuentro, el Papa bendijo tres proyectos lanzados por la Renovación Carismática en Italia.
El primero es el apoyo a la implantación de la Iglesia en Moldavia, en colaboración con la Fundación «Regina Pacis» de la arquidiócesis italiana de Lecce. Esta institución, entre otras cosas, ha liberado de la esclavitud de la prostitución en la que habían sido confinadas cientos de jóvenes moldavas en Italia.
El segundo proyecto impulsado por el pontífice es la animación espiritual realizada por miembros de la Renovación Carismática de santuarios marianos, «lugares privilegiados del Espíritu», reconoció, «que os da la oportunidad de ofrecer a los peregrinos caminos para profundizar en la fe y en la reflexión espiritual».
Por último, alentó el proyecto de la «Zarza ardiente» (Cf. Zenit, 7 de mayo de 2001), una invitación a la adoración incesante, día y noche. La iniciativa pretende que los cristianos «regresen al Cenáculo» para alcanzar la plena unidad y la conversión de los pecadores.
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