La Virtud del Silencio


La virtud del silencio

El silencio, la soledad y la meditación, al estar íntimamente interrelacionados son los soportes básicos y esenciales de la vida espiritual, que los padres tienen que explicar detalladamente a sus hijos. Sin estos soportes es muy difícil, por no decir imposible, prosperar familiar, religiosa y socialmente. La vida moderna rechaza también estas tres virtudes y valores humanos. Estamos llenos de ruido, de gente por todas partes y en todo momento, no dejando ni un minuto para la paz interior, la que únicamente se puede conseguir apoyándose en estos tres soportes. 
El silencio interno es la puerta a la vida interior y se necesita abrirla diariamente, aunque sólo sea durante un pequeño periodo de tiempo. Es la actitud que tienen las personas que quieren buscarlo, para encontrarse a si mismos y disfrutar de la soledad, interna o externa y así poder meditar.
El silencio externo es la falta de ruidos, el no hablar, la omisión de alguna acción no imprescindible, etc. Es el que ayuda a poseer el silencio interno, a disfrutar de la soledad y al practicar la meditación. La discreción está íntimamente relacionada, con el silencio de las personas parcas en palabras y largas en hechos.
La antítesis del silencio es el ruido, interior y exterior, el hablar, por no callar. Para lograr el silencio, hace falta practicar en acallar el ruido que producen nuestros pensamientos, pasiones y sentimientos, que nos dificultan el escuchar a nuestra propia conciencia, sobre los problemas, preocupaciones y otras cuestiones personales.
La sociedad moderna, desconoce lo que es el silencio. Si se pregunta a alguien al azar, cuando estuvo la última vez en un lugar que había silencio y durante cuánto tiempo, seguramente contestará que, cuando visitó un hospital, una cárcel, un cementerio, un bosque, un claustro, el mar, una montaña, etc. pero no se acordará de nada más.
El silencio interior no se acalla con el aislamiento aparente. que producen los medios audiovisuales de utilización tan constante. Muchos jóvenes pasan. una gran parte de su tiempo libre y del que sustraen de sus obligaciones, sentados frente a las diferentes pantallas electrónicas, inmersos en las extensas redes sociales, que aparentemente les aíslan del ruido exterior, pero no les aíslan del ruido interior. También mantienen permanentemente colgado de sus orejas, durante casi las 24 horas, su moderno cordón umbilical. que les une con las maquinas de reproducir lo que ellos llaman música.
Aunque suponga un sacrificio contra su comodidad, los padres tienen que hablar muy claro y contundente, cuando tienen que educar a sus hijos. No deben estar en silencio, cuando tienen la obligación de hablar. Tienen que saber, que tener despecho por hablar, puede acarrear más problemas, que los que quieren solucionar. Somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras.
El silencio es muy apreciado e imprescindible entre las personas que se aman, ya que el silencio, muchas veces, hace que las miradas sean elocuentes, mucho más que las posibles palabras.

24 Sentencias sobre la virtud del silencio



1. Adentrarse en la multitud, supone ahogar el clamor del propio silencio.

2. El estremecedor silencio de los que se creen bondadosos, ha impedido que los crímenes contra la humanidad se conozcan y castiguen.

3. El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz.

4. El silencio bien llevado puede ser un ruido muy fuerte para otros.

5. El silencio de algunos ha hecho que parte del mundo se pudra.

6. El silencio del envidioso está lleno de ruidos.

7. El silencio, el patrimonio de los fuertes.

8. El silencio es un argumento difícil de refutar.

9. El silencio es, después de la palabra, el segundo poder del mundo.

10. El silencio no vuelve loco. Lo que vuelve loco es el ruido.

11. El silencio por omisión, es la gran mentira.

12. El silencio puede ser la conversación de las personas que se quieren. Lo importante no es lo que se dicen, sino lo que no es necesario decirse.

13. En el silencio se puede escuchar la voz de Dios.

14. Es muy difícil aprender de los silencios ajenos.

15. Guarda silencio si no tienes nada mejor para decir.

16. Guardar silencio a veces ofende más, pues impide la réplica.

17. Hay que procurar que las palabras sean mejores que el silencio.

18. Hay silencios insoportables, para los que tienen demasiado ruido dentro de ellos mismos.

19. Los silencios son unas de las artes más grandes de la conversación.

20. Manejar el silencio, es más difícil que manejar la palabra.

21. Más vale un prudente silencio, que una verdad poco caritativa.

22. No rompas el silencio, si no es para mejorarlo.

23. Nos conviene volver al silencio, para saborear la paz interior y reconocernos a nosotros mismos.

24. Soy tan partidario de la virtud del silencio, que podría hablar horas enteras sobre ella.




Artículo escrito con la colaboración de Marisa Ruiz de la Torre, Valencia - España.
Gentileza de “Mi Cumbre” - ESCUELA PARA PADRES
www.iglesia.org

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